Avilés no es ajena a los circuitos que establecen regularmente algunos circos y otros espectáculos que todavía utilizan animales salvajes en cautividad.
En 1985 la UNESCO, en consonancia con la progresiva preocupación por el desarrollo armónico de nuestra sociedad con la naturaleza, proclama la Declaración Universal de Derechos de los Animales.
En desarrollo de la misma, nuestro país subscribe los convenios de Washinton.,Berna y Bonn.
Derivado de la misma, en desarrollo de sus competencias, y para compendiar la legislación dispersa,así como con la idea de armonizar dicha legislación con los principios que rigen los convenios arriba indicados, que priman la protección y penalizan el sufrimiento innecesario, el parlamento del Principado de Asturias aprueba la Ley 13/2002 de 23 de diciembre, Ley de Tenencia, protección y Derechos de los Animales.
Dicha ley solo excluye de su ámbito de aplicación a los animales salvajes en su medio natural, animales en experimentos,los toros,el tiro de pichón y las fiestas de más de 100 años siempre que no haya tortura,que las remite a reglamentación específica.
Define en su articulo 3 lo que es un animal doméstico (“especies que habitualmente se críen, reproduzcan y convivan con el hombre”), salvaje domesticado (y salvaje en cautividad (“que siendo libre son capturados y están en estado de dominación” .
Como principio de actuación en el art 5 especifica:
“Todo animal debe ser mantenido por la persona propietaria en condiciones compatibles con los imperativos biológicos propios de la especie”.
Es obvio que los imperativos biológicos de una especie salvaje no son los propios de una especie domestica.
En el ámbito de los espectáculos públicos el Parlamento del Principado de Asturias aprobó la Ley 8/2002 de 21 de octubre. Ley de Espectáculos Públicos y Actividades recreativas.
En su artículo 20, relativo a Prohibiciones en su apartado C:
“los que impliquen crueldad o maltrato, pueden ocasionar sufrimiento o hacerles objeto de tratamientos antinaturales, no estando incluidos en esta prohibición los espectáculos taurinos”.
Es manifiesto que uno de los grandes retos de nuestra sociedad es acabar con el maltrato en cualquiera de sus manifestaciones, siendo que justificarlo con los animales, crea la sensación que existen situaciones en que estaría justificado dicho maltrato.
Siendo el circo un espectáculo que tradicionalmente va dirigido a especialmente a los niños, el mensaje implícito en el párrafo anterior es especialmente trascendente, justificando como bueno la dominación y la amenaza.
Siendo la voluntad del legislador acabar con las prácticas de maltrato, especificando en el art. 46 de la ley 13/2002 antes indicada, como agravante “la violencia ejercida contra animales en presencia de niños o discapacitados psíquicos.”
Las condiciones de vida de un animal en cautividad, por la necesidad de evitar el riesgo que un animal salvaje conllevaría a la población, compatibilizarlo con la adaptación a sus necesidades biológicas, lleva en los últimos años a la adopción de grandes recintos en semilibertad como pueden ejemplificarse en el parque de Cabárceno, o en el recinto de Proaza. Siendo como es obvio, que dicha posibilidad se adopte en espectáculos en una ciudad.
En adaptación a el nuevo espíritu mundial de protección de los animales, es cada vez más habitual espectáculos de circo, sin presencia de animales, donde se proyecta los valores de esfuerzo, colaboración y respeto.
En aplicación tanto el espíritu, como de la letra de la ley,
PROPUESTA
Que se incorpore a las ordenanzas municipales:
En todo el término municipal de Avilés se prohíbe:
1. La instalación de circos que utilicen animales en sus espectáculos.
2. La exhibición de animales salvajes en cautividad, ya sean en instalaciones itinerantes, en la vía y otros espacios públicos, o centros comerciales.
Ganemos Avilés en Común 